domingo, 7 de febrero de 2010

!Por fin, !libre!


Clara tenía 17 años. Era una chica alta y delgada. Tenía el pelo corto, rizado y rubio y era guapísima. Era la chica más popular de su instituto. Les gustaba mucho a sus profesores. Era una chica muy comunicativa, inteligente, divertida. En sus tiempos libres le gustaba siempre ir de compras con sus amigas y su novio Pablo. A los fines de semana iba siempre de copas con sus amigos. Era conocida en todas las discotecas de su región por su imagen tan extravagante y por la forma como bailaba. Les daba envidia alas demás chicas.
Pero había algo que ella escondía de toda la gente. Nadie sabía que tenía un terrible secreto. Nadie reparaba en su alimentación. Ni sus amigas. Solo se preocupaban en estar con ella para tener algún status social. En casa, como sus padres casi no estaban, tampoco se preocupaban en saber qué pasaba con su hija.
Clara, para ocupar el hueco que tenia, porque sus padres no le daban atención y sabía que no tenía amigos de verdad y su novio ni siempre quería estar con ella, pasaba el día todo comiendo. Iba a la nevera y comía todo tipo de bollos o dulces, bebía todos los zumos... Todo lo que encontraba lo comía y cuanto más comía, más hambre tenía. E vacío parecía nunca llenarse. Pero cuando acababa de comer, devolvía todo lo que había comido. Esta era su rutina diaria. Pero nadie se daba cuenta.
Hasta el día, que la encontraron desfallecida en su cuarto de baño. Ese día ella no había bajado a la cocina, como siempre lo hacía y su empleado lo encontró algo raro. Ya estaba un poco atrasada para las clases. Decidió subir a su habitación pero no la encontró. Luego fue al cuarto de baño y la vio. Llamó a una ambulancia y a los padres de Clara. Sin embargo no le atendieron el teléfono. Parecía que nadie se interesaba por Clara.
Clara llegó rápido al hospital. Los médicos le dieron suplementos vitamínicos porque ella se encontraba muy débil. Quedó así dormida todo el día. Le hicieron análisis al sangre y a la hurina. La mañana siguiente despertó un poco mareada y no sabía como había ido para allá. Preguntó por sus padres, por sus amigos y por su novio al médico. Pero nadie había llamado al hospital. Empezó a llorar y no conseguía parar. El vacío que tenía estaba aún más grande y profundo. Se dio cuenta de que nadie se preocupaba por ella. Estaba sola en el mundo.
La enfermera fue a su habitación y le dio algo para calmarse. Los médicos no se creían. ¿Cómo era posible que nadie se preocupara por ella? Entonces llamaron al empleado para que fuera al hospital ya que sus amigos, familia o novio no iban ahí. Para que alguien la apoyase cuando los médicos le diesen los resultados de los análisis. Es que su enfermedad se encontraba ya en un estado muy avanzado.
Su empleado aceptó ya que ahora toda la gente la había abandonado cuando ella más necesitaba.
Al día siguiente, por la mañana, los médicos fueron a su habitación con el empleado y le contaron, con mucha calma, ya que la pobre estaba muy débil. Entonces le dijeron que sufría de bulimia y que ya estaba en un estado muy avanzado. Clara empezó luego a llorar y se abrazó al empleado. El mundo para sí se había desmoronado. Se encontraba sola. Toda la gente la había abandonado y no querían saber de ella. Y no sabía porque sus padres eran así tan fríos. Solo les importaba su trabajo. Ya no tenía más por qué continuar viviendo.
Después de esto vino una depresión que empeoró su situación quedándose aún más débil. Lloraba todos los días. Los médicos no sabían que hacer. La situación estaba muy mala. Como toda la gente que tiene este tipo de enfermedad no se quería creer que la tenía. Se recusaba a aceptarlo.
Una noche despertándose de una pesadilla dijo a si misma que estaba harta de todo esto, que tal y como estaba no podría continuar. Y decidió acabar con su vida. No quería saber del tratamiento. No quería saber de nada. Su vida no tenía más sentido. La encontraron muerta, por la mañana. Por increíble que parezca su cara tenía un expresión de felicidad porque ahora su alma ya se había libertado de todo el sufrimiento.
Esta es la historia de Clara Santiago.

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